Neurodiversidad y adicción: ¿Existe una conexión?

El diagnóstico de trastornos por consumo de sustancias, junto con el TEA y el TDAH, se ha disparado en los últimos años . Y algunas preguntas surgen para debatirse en el campo de la salud mental ¿Existe alguna relación entre estos?  ¿Cuál es su vínculo y de qué forma interactúan? ¿Existe una mayor propensión de las personas neurodivergentes a padecer adicciones?  

Esta nota tiene como finalidad examinar cuál es la conexión entre dichas afecciones. Para esos fines, junto a nuestra colaboradora María Stroman, te explicaremos todo lo que se sabe en el campo de la salud mental al respecto. 

La  neurodivergencia -tanto el TEA como el TDAH- es un gran factor de riesgo para el trastorno por consumo de sustancias. Todavía se debe continuar explorando la temática a través de la investigación científica.  Sin embargo, ya existe una certeza: las personas neurodivergentes multiplican su riesgo de tener adicciones respecto a los neurotípicos. 

Por ejemplo, tanto el TDAH como la adicción suelen asociarse, sobre todo cuando se trata de aquellas personas que tienen alcoholismo. 

Según diversas investigaciones, una de cada dos personas diagnosticadas con TDAH también recibirá un diagnóstico de adicciones a lo largo de su vida.

En un pasado no tan lejano, era una suposición común que aquellos con TEA casi nunca desarrollaban adicciones. Es probable que esto se debiera a un enfoque excesivo en pacientes con síntomas graves de TEA que requieren entornos de vida con apoyo en la edad adulta. 

En estas condiciones, es menos probable tener acceso a un entorno que favorezca la adicción activa. Hoy en día, reconocemos que el TEA es un espectro amplio.

El Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge realizó una investigación y la publicó en la prestigiosa revista The Lancet Psychiatry. Aquí se demostró que las personas con autismo tienen hasta nueve veces más de probabilidades de llegar a  consumir drogas y alcohol de forma recreativa que aquellas que son  neurotipicas.

Otro estudio también comprobó que quienes tienen esta neurodivergencia aumentan las probabilidades de padecer estas situaciones son altas ¿La razón?: su inteligencia. 

Según estos investigadores, cuando mayor es el Coeficiente Intelectual, más probabilidades se tendrá de desarrollar un trastorno por déficit de atención e hiperactividad.  Recordemos que muchas personas con autismo tienen un Coeficiente Intelectual muy alto.

Además, las personas neurodivergentes a menudo consumen sustancias para automedicarse y desarrollan accidentalmente adicciones. 

Aunque existen muchas causas biológicas, psicológicas y sociológicas para la adicción, tanto las personas autistas como las que padecen TDAH son más propensas a informar de que recurrieron por primera vez a sustancias adictivas en un esfuerzo por automedicarse para algunos de los síntomas más problemáticos de su neurodivergencia. 

Este comportamiento de automedicación suele manifestarse de varias formas: 

  • Tanto el TDAH como el TEA presentan tasas muy elevadas de enfermedades mentales concurrentes, como la depresión y la ansiedad. Estos trastornos, por sí solos, suelen llevar a los pacientes a automedicarse. 
  • Tanto el TDAH como el TEA están asociados a diversas formas de disfunción ejecutiva, que pueden dificultar la regulación de las emociones, el éxito en las relaciones íntimas y el desenvolvimiento en entornos laborales y escolares complejos. 
  • Ambas afecciones pueden causar problemas sensoriales a los pacientes que pueden contribuir fácilmente a que se sientan incómodos y abrumados en los entornos cotidianos.  

Algunos rasgos del TDAH aumentan las probabilidades de adicción 

La mayoría de las personas con TDAH tienen problemas para controlar sus impulsos. Muchos adoptan conductas de búsqueda de emociones y de novedades, que pueden traducirse en un consumo abusivo de drogas y alcohol. 

También sabemos que tanto el TDAH como las adicciones son trastornos altamente genéticos. Con frecuencia, ambos se dan juntos en la familia. La hiperconcentración que experimentan muchas personas con TDAH puede traducirse fácilmente en una hiperfijación a las drogas de abuso.

Muchos síntomas del TEA pueden exacerbar la adicción. La ansiedad y el agobio sensorial son dos de los síntomas más comunes y más incapacitantes del TEA. 

Ambos pueden desencadenar fácilmente la automedicación en autistas sin el apoyo adecuado para su enfermedad. Es difícil encontrar profesionales sanitarios que comprendan perfectamente las dificultades que conlleva vivir dentro del espectro.

Muchos autistas no creen que sus profesionales puedan entender la experiencia autista, y mucho menos ayudarles con algunos de sus síntomas más debilitantes. Esta falta de apoyo puede traducirse fácilmente en automedicación.

Consumo de alcohol durante el embarazo y autismo

Es posible que se pregunte si la adicción al alcohol durante el embarazo puede provocar que un niño nazca con autismo. Aunque la exposición de los padres al alcohol puede afectar al neurodesarrollo, no parece existir una relación entre el consumo de alcohol durante el embarazo y el TEA.

Dicho esto, puede que no ocurra lo mismo con el consumo de drogas y la drogadicción. Un estudio reveló que las madres que tomaban opiáceos antes del embarazo tenían más probabilidades de dar a luz a un niño con trastorno del espectro autista o con otras discapacidades del desarrollo.