5 actividades sensoriales divertidas para niños con autismo
El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), abarca una serie de trastornos del desarrollo que afectan a la percepción del mundo y a la capacidad de interactuar con los demás.
Para los niños con autismo, las actividades artísticas y artesanales basadas en los sentidos pueden resultar fructíferas para aumentar la concentración, facilitar la autoexpresión y mitigar los problemas de ansiedad.
¿Qué es el juego sensorial en el autismo?
El juego sensorial implica una serie de juegos y actividades que despiertan los cinco sentidos: gusto, tacto, oído, vista y olfato. Esto es especialmente crucial para los niños con trastorno del espectro autista (TEA), que a menudo tienen dificultades para procesar la información sensorial. Experimentan una sensibilidad y un malestar extremos ante determinados sonidos o luces brillantes, lo que puede resultarles angustioso.
Se trata de actividades sensoriales para niños con autismo que implican eficazmente a las distintas regiones de su cerebro y potencian el desarrollo cognitivo, emocional, físico, social y comunicativo.Los juegos sensoriales prometen recablear el modo en que los cerebros de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) procesan las señales sensoriales. Esto les permite afrontar mejor los contrastes de sonidos, texturas, luces, olores y sabores.
Los beneficios de las actividades sensoriales para las personas con autismo
Todos los niños pequeños pueden aprovechar los beneficios del juego sensorial, aunque las actividades sensoriales tienen un significado especial en el caso de los niños diagnosticados de autismo. Las personas con autismo tienen dificultades para regular sus respuestas a la información sensorial, lo que provoca reacciones abrumadoras y angustiosas cuando se encuentran con ruidos fuertes o texturas desconocidas.
Las actividades sensoriales no sólo ayudan a las personas con Trastorno del Espectro Autista a sentirse tranquilas, sino que también tienen un profundo efecto en el desarrollo cuando son niños.
- Estimulan el cerebro. Participar en sesiones de juegos sensoriales permite al niño formar más vías neuronales, lo que a su vez mejora su capacidad para procesar la información sensorial.
- Ayudan al desarrollo de las habilidades lingüísticas. Jugar implica a menudo hablar de lo que están haciendo, crear diálogos para juegos de rol imaginarios o expresar emociones mediante la risa y el sonido. Esto favorece la capacidad de comunicación de los niños autistas, incluidos los no verbales.
- Potencian las habilidades sociales. Los niños no sólo construyen mundos imaginarios, sino que, al compartir, turnarse y escuchar a los demás, también adquieren diversas habilidades sociales.
- Aumentan la coordinación y la motricidad fina y gruesa. Saltar, correr, lanzar y manipular objetos pequeños puede ayudar a los niños discapacitados a desarrollar fuerza muscular y mejorar la coordinación mano-ojo.
- Al ayudar a la autorregulación, el juego sensorial ayuda a los niños autistas a aprender a responder a la estimulación sensorial de forma más positiva con el tiempo, mejorando así su autocontrol.
- Estimular la creatividad y fomentar el pensamiento imaginativo ayuda a mejorar la capacidad de resolver problemas y conflictos. Esto, a su vez, ayuda a los niños a comprender mejor la dinámica y las relaciones sociales.
Los niños se comunican, aprenden y comprenden el mundo y su entorno de forma natural a través del juego.
Actividades sensoriales divertidas para niños con autismo
1. Haz una botella sensorial:
Llena una vieja botella de plástico con una combinación de agua, purpurina y unas gotas de colorante alimentario, y obtendrás un llamativo juguete para tu hijo. Coloca algunos botones o canicas y cierra bien la tapa con una pistola de pegamento caliente. Este es un método sencillo para ayudar a tu hijo a adquirir la habilidad de la concentración.
2. Prueba a frotar monedas:
Un clásico atemporal en el que pueden participar personas de todas las edades. Es fácil crear un patrón de colores en un trozo de papel con unas cuantas monedas diferentes y lápices de colores mezclados. Basta con colocar las monedas, cubrirlas con el papel y luego frotar suavemente la superficie con los lápices para mezclar los colores. Los niños con autismo disfrutarán creando arte mientras mejoran sus habilidades de coordinación mano-ojo.
Pide a tus amigos o familiares que viajen al extranjero que te presten las monedas que hayan acumulado, y habla con tu hijo sobre esos lugares.
3. Enhebrar joyas comestibles:
Crea bonitos collares y pulseras con cuerdas de caramelos de goma. Fomenta el desarrollo de la motricidad de tu hijo haciéndole ensartar cereales con agujeros en el centro y otros caramelos de colores. Ata los extremos una vez terminado, y tu hijo estará encantado con su elegante y sabrosa obra maestra.
4. Crea un collage sensorial:
Los niños diagnosticados de autismo suelen experimentar una sobrecarga sensorial cuando se enfrentan a una diversidad de texturas y estímulos. Ayuda a tu hijo a abrazar las actividades desordenadas, produciendo un collage táctil con algunos materiales recién seleccionados, como papel de aluminio, purpurina y recortes de revistas. A medida que tu hijo en edad preescolar siga creciendo, también aumentará su interés por explorar la diversidad de texturas.
5. Estimula su cerebro con un juego olfativo:
Llena varios recipientes pequeños como los tarros de mermelada viejos y pintados. Utiliza una mezcla perfumada de ingredientes aromáticos, como lavanda, café o jabón. Cierra la tapa con un trozo de tela y una goma elástica, y pídeles que distingan entre los distintos olores.Los niños con autismo tienen un gran interés en aprender sobre sus sentidos y cómo les ayudan a navegar y descubrir su entorno.
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