¿El personaje ‘Bluey’ es neurodivergente?
El éxito de Bluey entre los más pequeños es destacable. Cada vez son más los niños que desean consumir este programa de televisión. El concepto parece ser sencillo y repetido: una familia de perros y su familia.
Sin embargo, esta serie australiana puede tener significados ocultos que no se perciben hasta que se profundiza la lectura sobre los personajes y sus comportamientos o dichos.
Este programa infantil ha desatado distintas teorías de los fans en el espectro de internet.
Pero hay una nueva que se convirtió en centro de debate para la comunidad neurodivergente ¿Puede ser que Blue tenga características de la neurodivergencia?
La discusión surgió hace poco, cuando un fan planteó una pregunta sobre un rumor en el grupo de Facebook Club de Fans Adultos de Bluey.
¿De qué se trata Bluey?
Inspirado por la crianza de sus dos hijas, Joe Brumm creó la serie, que se estrenó con éxito en Australia en 2018.
Comparten breves historias de apenas siete minutos cada una que giran en torno a la familia Heeler (una raza canina australiana): está Chili, la madre que a menudo se va a trabajar; Bandit, el padre que disfruta más jugando con los niños; y Bingo, la hermana pequeña, con Bluey.
Cada día trae consigo una aventura que ofrece una lección, a veces aprendida en paralelo por Chili y Bandido junto con sus hijas. Pero estas lecciones no siempre tienen que ver con la madurez. La principal lección que “Bluey” expresa es que nunca hay que dejar de jugar.
La pregunta que disparó el debate: ¿Puede ser que Bluey tenga TDAH?
“Tengo una pregunta. He visto a otras personas decir que Bluey es neurodivergente y que por eso va a un colegio especial”, preguntó el fan a otros miembros del grupo porque sintió una relación con las características del personaje y su propio diagnóstico de TDAH.
La publicación generó multitud de respuestas de fans que compartieron sus opiniones sobre la observación. Muchos insistieron en que, para ellos, Bluey representaba a una persona neurótica que a esa edad tienen una energía desbordante para jugar con sus hermanos y compañeros.
“Siento que Bluey es sólo un niño. Muchos niños pequeños tienen un montón de energía natural. A mí me diagnosticaron erróneamente TDAH cuando era niño, cuando en realidad sólo quería jugar y estar activo”, comentó una de las personas en el foro.
Además, añadió: “Sé que hay mensajes en el programa sobre ciertos temas y eso es increíble, porque ahora como padre puede ayudarme a desenvolverme en ciertas conversaciones o situaciones. O mi hija puede aprender nuevos juegos para jugar conmigo o con su padre. Pero en general, tiene una imaginación muy activa y le encanta jugar”.
Otro señaló: “creo que lo que están buscando los productores es representar a una niña pequeña, y por eso puede ser que veamos una etapa de la vida en la cual la hiperactividad está muy marcada”.
Ante la observación del usuario sobre el tipo de colegio al que asiste Bluey, otros argumentaron que asistir a una escuela diferente no indica automáticamente la necesidad de asistencia especial.
Otros usuarios, sin embargo, en lineamiento con el primer usuario, también sintieron que Bluey estaba representando los desafíos que asumen las personas con TDAH:
“Podría verla totalmente teniendo TDAH. A mí no se me daba tan bien hacer amigos, y aún no se me da, a los 28 años, pero el episodio del escondite en el que perdía la concentración es el mío. Bluey parece muy impulsiva y algo controladora, pero de una manera agradable, y definitivamente le falta concentración. Veo mucho de mí misma en ella”, compartió un fan.
Según distintos expertos, ante la pregunta sobre la que debatieron los usuarios, existe posibilidades de que Bluey sea neurodivergente.
Sin embargo, señalan que este tipo de comportamientos pueden ser naturales en el desarrollo infantil a la edad de Bluey. Es decir, estos rasgos no necesariamente señalan una neurodivergencia.
Se observa que las posibles características neurodivergentes de Bluey no parecen causar significativamente ningún “deterioro funcional”, que es un componente importante de los procesos de evaluación del TDAH y el autismo.Aquí es donde tenemos en cuenta los efectos adversos de estos “síntomas” en la vida cotidiana del individuo, lo que nos ayuda a desarrollar una comprensión de su experiencia.
Así como señala nuestra colaboradora María Stroman, este tipo de debates se transforman en trascendentes cuando son elaborados con respeto hacia las neurodivergencias porque ayudan a las personas con TDAH a compartir sus historias al sentirse identificados con la historia del personaje. Además, también visibiliza la posibilidad de diagnósticos errados cuando se asumen que ciertos comportamientos parecen implicar obligadamente un diagnostico de TDAH. Pero, sobre todo, nos ayuda a visibilizar y resaltar cuáles son los sintomas de un niño con TDAH y cuáles son los comportamientos “esperables”.
¿Qué opinas de este debate? ¿Consideras que faltan más dibujos animados neurodivergentes para representar a la comunidad neurodiversa?