Ataque epiléptico: qué hacer cuando alguien tiene una convulsión y cuáles son los tipos existentes

Presenciar un ataque epiléptico puede ser una experiencia aterradora. Sin embargo, la mayoría de los episodios no constituyen una emergencia. Se detienen por sí solas, sin efectos nocivos duraderos. 

Hay medidas sencillas que puedes tomar para garantizar la seguridad durante una crisis. Por eso, merece la pena aprender algunas técnicas básicas de primeros auxilios. A continuación, junto a nuestra colaboradora María Stroman, te comentaremos algunas para que sepas cómo actuar si tu ser querido tiene uno o identificar cuándo puedes ponerte en contacto con los servicios médicos de urgencia.

¿Cuáles son los distintos tipos de convulsiones? ¿Y qué grados de peligro tienen?

Hay distintos niveles de peligro asociados a los diferentes tipos de convulsiones. Pero se asocian a dos categorías principales en particular.

  • Crisis focales: Se originan en una parte concreta del cerebro y toman su nombre de la región en la que se producen. Pueden provocar efectos físicos y emocionales, y hacerte percibir cosas que en realidad no existen. Aproximadamente el 60% de los afectados por epilepsia tienen este tipo concreto de crisis, que a veces se denomina crisis parcial

En ocasiones, los síntomas de crisis focales pueden confundirse con indicios de enfermedad mental u otra forma de trastorno neurológico.

  • Convulsiones generalizadas: Se producen cuando las células nerviosas de ambos lados del cerebro funcionan mal. Pueden incitarse espasmos musculares, desmayos o caídasLas crisis no siempre son sencillas, algunos individuos experimentan crisis que empiezan como un tipo y luego se transforman en otro. Otras son difíciles de clasificar y se denominan crisis de inicio desconocido, que provocan síntomas tanto físicos como sensoriales.

Hay seis tipos de crisis generalizadas: 

  1. Convulsiones tónico-clónicas (o de gran mal): Son el tipo más notable. Cuando uno experimenta este tipo, su cuerpo se pone rígido, tiembla y se estremece, y finalmente pierde el conocimiento. Puede haber ocasiones en las que se pierde el control de la vejiga o de los intestinos. Normalmente, estos episodios duran entre 1 y 3 minutos.

Pueden causar problemas respiratorios o hacer que la persona se muerda la lengua o la mejilla.

  1. Crisis tónicas:Los músculos de los brazos, las piernas o el tronco se tensan, lo que suele durar menos de veinte segundos y aparece con más frecuencia mientras duermes. Por otra parte, si estás de pie, corres el riesgo de perder el equilibrio y caerte. Son más frecuentes en personas que padecen un tipo de epilepsia denominado síndrome de Lennox-Gastaut, aunque también pueden afectar a quienes padecen otros tipos.
  2. Crisis atónicas: De repente, los músculos se aflojan y la cabeza puede inclinarse hacia delante. Suelen durar menos de 15 segundos, pero algunas personas experimentan varios seguidos. Debido al riesgo de caídas, las personas que suelen sufrir crisis atónicas pueden necesitar algo como un casco para protegerse la cabeza.Quienes padecen el síndrome de Lennox-Gastaut y otro tipo de afección epiléptica conocida como síndrome de Dravet son más propensos a sufrir este tipo de convulsiones.
  3. Crisis mioclónicas:Los músculos se sacuden como si de repente recibieran una descarga eléctrica. Hay casos en que las crisis mioclónicas y atónicas pueden originarse en la misma región del cerebro. Además, no es infrecuente que las personas experimenten ambos tipos de crisis.
  4. Crisis de ausencia (o petit mal): La persona parece desconectada de los demás y no responde. Es posible que se quede con la mirada perdida y los ojos en blanco. Suelen durar sólo unos segundos y puede que posterior al ataque ni siquiera recuerde haberlo tenido.Se dan con mayor frecuencia en niños menores de 14 años. 
  5. Crisis focales: Los médicos las dividen en tres grupos. 
  • Crisis de inicio focal (conscientes): El modo en que la persona percibe el mundo que lo rodea se ve alterado. Puede que huelas o saboree algo extraño y que le tiemblen los dedos, los brazos o las piernas. 

También puede ver destellos de luz o sentirte mareado. No es probable que pierda el conocimiento, pero puede sentir sudoración o náuseas.

  • Crisis de inicio focal (alteración de la conciencia): Su origen suele estar en la región del cerebro que rige las emociones y la capacidad de recordar. Puedes perder el conocimiento, aunque parezcas despierto, o mostrar acciones como náuseas, chasquido de labios, risa o lágrimas. Alguien que experimenta una crisis focal compleja puede tardar varios minutos en recuperarse totalmente de ella.
  • Crisis generalizadas secundarias: Estos inicios se producen en una parte del cerebro y se extienden a las células nerviosas de ambos lados. Pueden producir algunos de los mismos síntomas físicos que una crisis generalizada, como convulsiones o relajación muscular.

Varias zonas del cerebro se ven afectadas simultáneamente por las crisis generalizadas. Es raro que uno sea consciente de lo que ocurre. 

Son muy atemorizantes y pueden convertirse en una emergencia debido a su cadena de acontecimientos establecida. El individuo puede dejar de responder por completo, ignorando cuando le hablas y otros intentos de llamar su atención. Si se da alguna de estas, se sugiere que realices las siguientes acciones: 

  • Comunícate urgente con su equipo médico o un centro de atención de emergencias. 

Es muy probable que las personas que experimenten este tipo de crisis necesiten buscar atención médica inmediata en urgencias. Sin embargo, los episodios menores, como breves episodios de mirada fija o temblores de brazos y piernas, no se consideran urgencias.

Es importante guiar suavemente al individuo para alejarlo de posibles amenazas. Pueden estar en un estado similar al sonambulismo, en el que el tráfico o las escaleras pueden ser peligrosos. Cualquier actividad convulsiva debe comunicarse a un médico.

  • Mantenga a otras personas alejadas. 

Retira cualquier objeto duro o afilado de la proximidad del individuo. No intentes agarrarle ni impedir sus movimientos. Colócalo de lado para ayudar a mantener despejadas las vías respiratorias. Al principio de la crisis, observa el reloj para medir cuánto dura. No les introduzcas nada en la boca. A pesar de un mito muy extendido, no es posible tragarse la lengua durante una crisis epiléptica. Si le pones un objeto en la boca, podrías dañarle los dientes o que te termine mordiendo accidentalmente.

Si una persona experimenta dificultades para respirar o se despierta tras una crisis convulsiva, o si el episodio dura más de 5 minutos, es vital ponerse en contacto inmediatamente con los servicios de urgencias.

¿Cuáles son las causas comunes de las crisis epilépticas? 

La epilepsia, un trastorno neurológico que surge cuando determinadas células nerviosas del cerebro funcionan mal, sigue siendo la causa predominante de los ataques epilépticos.

Pueden afectar al comportamiento o a la forma en la que ven las cosas a su alrededor durante un breve periodo de tiempo. Pero la epilepsia no es la única causa de crisis epilépticas. 

Pero también se puede tener convulsiones por las siguientes causas: 

  • Fiebre alta, a menudo por una infección como la meningitis. 
  • No dormir lo suficiente 
  • Nivel bajo de sodio en sangre (hiponatremia), que puede producirse por tomar diuréticos. 
  • Tomar determinados medicamentos, como analgésicos, antidepresivos o medicamentos para dejar de fumar. 
  • Hemorragia cerebral por traumatismo craneal 
  • Accidente cerebrovascular 
  • Tumor cerebral Anfetaminas o cocaína 
  • Abuso de alcohol, en épocas de abstinencia o intoxicación extrema 

Hay alrededor de una docena de tipos de epilepsia, y el tipo que tengas influye en el tipo de crisis que puedas tener. Hay dos tipos principales de crisis epilépticas