Mitos y verdades sobre los niños con síndrome de Asperger

El común de las personas no conoce qué es el síndrome de Asperger, o tiende a estigmatizarlo. Es importante que como sociedad evitemos repetir estereotipos que reducen a este tipo de afecciones a una  simple lista de síntomas y comportamientos antisociales.

Los niños que tienen asperger pueden aportarnos una increíble riqueza intelectual, y una renovada forma de percibir el mundo ¿Cuáles son los mitos sobre ellos? ¿Qué debemos saber para conocerlos en profundidad y aprender a mirarlos por fuera de su condición? 

En esta nota, junto a nuestra colaboradora María Stroman, te comentamos algunos puntos relevantes a tener en cuenta. 

  1. El Asperger es parte del espectro autista, pero quienes lo tienen no demuestran dificultades cognitivas ni del habla.  Más bien, sus desafíos pasan por afrontar aquellas situaciones sociales que requieren interacción con los demás, o también es más difícil para ellos expresar emociones y leer las señales sociales. 
  2. Al crecer, los niños con Asperger se convierten en adultos de alto rendimiento que logran alcanzar una vida independiente.
  3. No es momentáneo o “algo que se supera”: No es infrecuente que la gente descarte el comportamiento de un niño con síndrome de Asperger como meras tendencias antisociales que acabarán desapareciendo. Sin embargo, es importante comprender que, aunque un niño puede aprender habilidades de afrontamiento, el Asperger es un trastorno para toda la vida.  Esta idea es problemática porque los adultos que no se dan cuenta de que el comportamiento distintivo es parte de la afección, no permiten que el niño acceda a un diagnóstico y tratamiento que los ayude a alcanzar una vida plena: superando las limitaciones y fortaleciendo sus virtudes. 

Por supuesto, con el apoyo adecuado, los niños con esta afección pueden aprender a utilizar sus rasgos únicos para lograr objetivos que a otros les costaría alcanzar. Sus habilidades son distintivas, y los hacen sobresalir sobre el resto: 

  •  Tienen una impresionante atención al detalle. 
  • Su ética de trabajo es dedicada
  • Disponen de excelentes habilidades verbales
  • Son famosos por su increíble inteligencia.
  1. “Los niños con síndrome de Asperger no son normales”

 Estos niños pueden tener dificultades con la interacción social y el procesamiento sensorial, pero en muchos aspectos son como cualquier otro niño. Sólo necesitan a alguien que les guíe y les ayude a encajar.

A veces, cuando la gente se entera de que un niño tiene Asperger, su reacción inicial es algo parecido a: “Pero si pareces como cualquier otro niño”. Esto es hiriente e ignorante, porque no hay nada anormal o inusual en un niño con Asperger.

Es muy perjudicial creer que los niños con Asperger no son normales, y tal percepción es posiblemente uno de los mayores conceptos erróneos sobre este trastorno. Esto muchas veces lleva a que los niños lleguen a ser excluidos y tratados de una manera totalmente distinta.

  1.  “Ser antisocial es una elección”: tenemos que entender que ellos tienden a experimentar ansiedad social. No eligen alejarse de las personas, simplemente no pueden mantener una activa vida social. Por un lado, no suelen saber qué decir y  también se enfrentan a dificultades para comprender el lenguaje corporal, las expresiones faciales y otras señales. Esto hace que cada interacción sea estresante y abrumadora. Con la ayuda adecuada, se puede enseñar a estos niños a comportarse adecuadamente en situaciones sociales y a establecer amistades. Sin embargo, para que esto ocurra, los padres, los profesores y los demás niños deben ir más allá de los estereotipos y mostrar comprensión por las singulares dificultades sociales del niño.

4. “Son violentos”

Esta nociva idea errónea carece de fundamento científico. Es importante distinguir entre violencia y agresividad. Los niños con Asperger suelen mostrar un comportamiento más agresivo, como empujones y arrebatos de ira. Sin embargo, esta conducta se caracteriza generalmente por la reactividad, más que por la violencia intencionada dirigida a causar daño.

Esta idea equivocada reduce las posibilidades de que otros niños quieran hacerse amigos de un niño con Asperger. Para un niño que ya tiene dificultades con la interacción social, ser condenado al ostracismo puede ser perjudicial y dificultar aún más su crecimiento emocional.

6. “Carecen de empatía”

La mayoría de los investigadores hacen referencia a dos tipos distintos de empatía: por un lado, la empatía cognitiva, y por el otro, la empatía emocional. 

Las personas con síndrome de Asperger suelen tener dificultades con la primera, pero no les falta la conexión con las emociones del otro. Esto significa que tardan en comprender el significado emocional de una situación. Es poco probable que un niño con síndrome de Asperger muestre una reacción inmediata a las malas noticias, pero cuando se le da tiempo para procesar la información, su respuesta suele ser más intensa que la de otros niños. En lugar de carecer de empatía, los niños con Asperger expresan sus emociones de formas poco convencionales.