¿Las personas autistas pueden oir la electricidad?

Puede que te haya sorprendido que tu hijo autista afirmara que puede oír el sonido de la electricidad. La capacidad de percibir ruidos eléctricos suele asociarse a una percepción sensorial aumentada. 

En este artículo, profundizaremos en el origen de este fenómeno y evaluaremos si tiene efectos perjudiciales. Además, ofreceremos técnicas para ayudar a los padres a comprender las experiencias sensoriales y ayudar a sus hijos a superarlas.

Autismo: cómo experimentan las sensaciones

Empecemos examinando la relación entre las sensibilidades sensoriales y el autismo. Los niños con autismo tienen tendencia a interpretar los estímulos sensoriales, como sonidos, luces y texturas, de forma diferente a los demás. De este modo, pueden alcanzar habilidades excepcionales debido a una percepción amplificada, como ser capaz de sentir el zumbido de la electricidad.

Quizá te preguntes cómo ocurre esto. La electricidad emite vibraciones sonoras de baja frecuencia, mientras recorre los cables. Aunque los cerebros de la mayoría de los individuos tienen un filtro que les impide discernir ciertos sonidos, los niños neurodivergentes suelen ser capaces de detectar estas frecuencias. Esta capacidad, aunque es una virtud extraordinaria puede sobrecargarlos sensorialmente, y en consecuencia, distraerlos o agotarlos mentalmente. 

Cómo podemos disminuir el impacto de esta percepción auditiva en los niños con autismo

Aunque el concepto de “electricidad auditiva” puede sonar fascinante, también tiene el potencial de causar molestias. Por eso, junto a nuestra colaboradora María Stroman,  reunimos algunas formas eficaces de apoyar la experiencia sensorial única de tu hijo:

  • Establecer una atmósfera acogedora para los sentidos: haz ajustes en casa para minimizar los desencadenantes sensoriales eligiendo aparatos más silenciosos y desenchufando cualquier aparato electrónico ruidoso.
  • Se recomienda invertir en auriculares con cancelación de ruido: estos auriculares tienen la capacidad de anular ruidos no deseados, al tiempo que permiten a tu hijo participar en entornos sociales.
  • Enseñarle a expresar lo que necesita: capacita a tu hijo para expresar sus necesidades y preferencias a los demás. De este modo, lo ayudarás a encontrar soluciones y a disminuir el estrés sensorial en diversas situaciones encontrando ayuda.

Pero antes que nada, es crucial averiguar si la capacidad de tu hijo para oír la electricidad es una ventaja o una causa de angustia. Si sus sensibilidades sensoriales se vuelven abrumadoras o afectan negativamente a su funcionamiento diario, puede que haya llegado el momento de buscar ayuda profesional.

Sin embargo, el autismo eléctrico auditivo no tiene por qué ser una carga. Si para el niño no es molesto, para ti debe ser un motivo para apreciar y abrazar la percepción sensorial única de tu hijo. A continuación encontrarás algunas sugerencias sobre cómo fomentar y potenciar sus puntos fuertes:

  • Haz hincapié en las cosas positivas: Considera los sentidos agudizados como un don y no como un obstáculo, fomentando un sentimiento de autoestima y alentando a tu hijo a la autoaceptación.
  • Fomente la expresión creativa: Exponga a su hijo al arte, la música y otros medios creativos para ayudarle a procesar y compartir sus experiencias sensoriales.
  • Enséñele estrategias de afrontamiento: Proporciona a tu hijo técnicas como la respiración profunda o ejercicios de atención plena para gestionar las sensibilidades sensoriales en distintas situaciones.

Cómo identificar cuando mi hijo necesita ayuda 

Ser capaz de identificar los signos de angustia extrema y saber cuándo actuar te permitirá ofrecer a tu hijo el apoyo y los recursos que necesita. Es crucial vigilar sus reacciones y estar atento a cómo atraviesa las distintas experiencias. 

Observarlos y comunicarnos con él, es un punto clave para entender cuándo debemos ayudarlo. 

El fenómeno de escuchar la electricidad encuentra su causa en la percepción sensorial aumentada que tienen las personas autistas. Esto, generalmente, da lugar a una mayor conciencia de los cinco sentidos. Es decir: 

  • La vista
  • El olfato
  • La audición
  • El tacto
  • El sentido del gusto

El hecho que ellos vivan con más intensidad las percepciones puede desencadenar ciertos inconvenientes, como por ejemplo: el rechazo que le producen ciertas texturas de la comida que potencialmente se vincula a desórdenes alimenticios. 

El exceso de información sensorial puede llevar a que las personas autistas se sientan agotadas, abrumadas. Y en consecuencia, generales un estado de fatiga física y mental. Además, puede disminuir su capacidad para hacer frente a actividades cotidianas y disminuir su capacidad de atención. 

Sin embargo, comprendiendo sus experiencias únicas y proporcionándole apoyo, puedes ayudar a tu hijo a aceptar sus capacidades distintivas y a superar las barreras de su afección. 

Así como expresa María Stroman, existen muchas personas autistas que han aprovechado sus capacidades diferenciales y dejaron su huella en la humanidad. Por ejemplo, dos músicos famosos como: Ludwing Van Beethoven. Crear un entorno favorable a los sentidos que fomente la expresión creativa puede estimular una mentalidad positiva hacia las propias diferencias sensoriales. Sin embargo, si ves que sus emociones se vuelven demasiado difíciles de manejar, es recomendable que busques ayuda profesional.