El trastorno bipolar ¿es una neurodivergencia?

El trastorno bipolar ¿es una neurodivergencia?

El trastorno bipolar podría entrar en la clasificación de neurodivergencias.La razón específica del trastorno bipolar sigue siendo desconocida. Sin embargo, es posible que implique incoherencias en el funcionamiento y la estructura del cerebro. 

La neurodiversidad es un concepto que pretende cuestionar la forma en que la gente percibe las funciones y estructuras cerebrales “inusuales”. Este  hace principal hincapié en la celebración y la eliminación de los estigmas de las diferencias.

El trastorno bipolar es una enfermedad mental se caracteriza por generar alteraciones radicales en el estado de ánimo. Así también en los niveles de energía y otros síntomas asociados. 

Una persona que tiene trastorno bipolar puede pasar por las siguientes fases: 

  •  Estado de ánimo elevado o manía
  • Episodios depresivos
  • Episodios “mixtos” con síntomas maníacos y depresivos.

La neurodiversidad: ¿qué es? 

Los defensores de este concepto sostienen que las diferencias en el cerebro representan variaciones normales en su funcionamiento, no son resultantes de “problemas”.  Pueden ser consideradas “neurodivergentes” aquellas personas con  autismo, la dislexia y otras afecciones neurológicas comunes. 

Dicho de otro modo, abrazar la neurodiversidad requiere una visión más constructiva de las deficiencias del neurodesarrollo. Este concepto enfatiza los puntos fuertes y talentos dentro de las personas con neurodiversidad, y no en sus dificultades.

Este término fue empleado por primera vez en 1990. La mujer que lo utilizó se llamaba Judy Singer y como mujer autista, deseaba que se reconociera a las personas autistas más allá de sus discapacidades. En su lugar, otros deberían reconocer la perspectiva y las interacciones distintas con el mundo que son exclusivas de este grupo.Desde este momento, el término se ha empleado para referirse a diferentes afecciones neurológicas.

Es decir, a los individuos cuyos cerebros funcionan según las normas “típicas” de la sociedad se los llama “neurotípicos”. Y a aquellos que presentan variaciones en el funcionamiento cerebral, se los considera neurodivergentes. 

Usando este concepto se busca focalizar en los puntos fuertes de las personas neurodiversas, aprovechando la gran variación presente en la sociedad para mejorar la productividad y la innovación.

La bipolaridad: ¿es una neurodivergencia?

Primero, antes de responder esta pregunta, es imprescindible entender algunas conceptualizaciones importantes. 

Cuando hablamos de neurodivergencia, estamos categorizando a  una amplia gama de “trastornos” derivados de disimilitudes en la función o estructura cerebrales no consideradas típicas por las definiciones médicas. 

Quiénes abogan por el concepto de neurodiversidad, intentan romper los estigmas sociales y los prejuicios que existen hacia estas afecciones. De este modo, persiguen el objetivo de alcanzar una sociedad más comprensiva e inclusiva. 

Por esto, buscan orientar el enfoque hace las habilidades y puntos distintivos de las personas neurodiversas. Es decir, todas aquellas cualidades y habilidades diferenciales, que son dadas por la estructura particular de su cerebro. 

Actualmente, el transtorno bipolar puede llegar a ser considerado como una neurodivergencia. Esta inclusión puede estar relacionada con la comprensión actual de sus causas. 

Se desconoce su causa exacta; sin embargo, los expertos sospechan que podría ser consecuencia de múltiples factores que determinan diversos cambios genéticos, funcionales y estructurales en el cerebro. Justamente, por este motivo es que algunos esgrimen que pueda ser enmarcado dentro de la definición de neurodiversidad.

En sintesís, la bipolaridad puede ser un tipo de neurodivergencia. Dado que las disparidades en la función y la estructura cerebrales podrían ser un factor que contribuya a la enfermedad. Por tanto, un individuo con trastorno bipolar podría clasificarse a sí mismo como neurodivergente.

Beatriz Stroman nos comenta que vivir con la Bipolaridad es un reto tanto para las personas que la tienen como para sus familias. Sin embargo, abordar la enfermedad como una neurodivergencia y no como una discapacidad puede permitir a determinadas personas gestionar mejor su tratamiento y centrarse en sus puntos fuertes.

El tratamiento a largo plazo puede ayudar con frecuencia a las personas que padecen formas graves de la enfermedad.El manejo puede conllevar terapia psicológica, medicación o una mezcla de ambas opciones. 

También es concebible que los cambios en el estilo de vida y los hábitos contribuyan a aliviar los síntomas. Pueden incluirse regímenes de alimentación sana y ejercicio como medio de ejecutar estos cambios.

Un punto importante para subrayar es que tener bipolaridad también puede aumentar la probabilidad de que la persona tenga otras condiciones de salud mental o las desarrolle luego de un episodio. Entre estas se puede encontrar:  

  • Trastorno de estrés postraumático
  • TDAH
  • Ansiedad
  • Trastorno por abuso de sustancias

Es común, también, que una persona con Transtorno Bipolar sea diagnosticada erróneamente bajo el trastorno límite de la personalidad, depresión o psicosis debido a las similitudes en los síntomas y signos.

Las personas que padecen más de una dolencia deben consultar con su médico las opciones de tratamiento más eficaces. Esto es especialmente esencial porque ciertos medicamentos utilizados para tratar otras enfermedades pueden instigar episodios maníacos.