Cómo empatizar con padres de niños neurodivergentes y qué NO decirles

El término “neurodivergente” engloba una amplia gama de diferencias cerebrales, como el TDAH, el autismo, la dispraxia, la dislexia y el síndrome de Tourette. Son individuos que aprenden y se comportan fuera de las expectativas típicas. Cuando se cría a un niño neurodiverso, los retos ocultos empiezan por comprender y adaptarse a sus diferencias únicas. A menudo, los cuidadores pueden luchar solos antes de buscar la ayuda de un profesional médico y descubrir una comunidad de apoyo.

Se calcula que entre el 15% y el 20% de la población mundial es neurodiversa, lo que deja al 80% restante con poca comprensión de sus experiencias. Por suerte, tenemos algunos consejos que compartir.

Para describir las numerosas facetas de la neurodiversidad, se utiliza una gran variedad de terminología. A continuación se presentan algunos ejemplos del vocabulario más utilizado.

Enmascaramiento: Un niño no tarda mucho en descubrir qué acciones molestan a los adultos y a sus compañeros. Ciertos comportamientos -chasquear los dedos, hablar demasiado alto o demasiado bajo, o reaccionar de forma excesivamente dramática ante acontecimientos que los demás consideran sin importancia- pueden dar lugar a medidas disciplinarias. Una vez que el niño ha reconocido rasgos indeseables en sí mismo, intenta ocultarlos imitando comportamientos aceptables. Sin embargo, este proceso de enmascaramiento puede ser muy agotador y a menudo conduce a crisis.

Crisis nerviosas y bloqueos:Las crisis no deben verse como rabietas o arrebatos. Es imposible soportar continuamente la presión del enmascaramiento o de estar en un entorno excesivamente estimulante. Si se desencadena por un acontecimiento o cuando un niño se encuentra en un espacio seguro tras sentirse abrumado en un entorno muy estimulante, puede demostrarlo mediante lágrimas, gritos o exhibiciones físicas. Se parece a un ataque de pánico. Otra posibilidad es que se encierren en sí mismos durante un tiempo en el que la comunicación se convierte en algo no deseado e inalcanzable.

Destellos: Un destello es algo que aporta paz y satisfacción; puede ser trabajar en el jardín, colorear, tararear, acariciar a un animal o cualquier otra cosa que despierte los sentidos de una persona.Una vez identificado un destello, puede utilizarse en momentos de estrés para promover la calma.

Desencadenantes: Un acontecimiento que tiene más probabilidades de provocar una crisis o una desconexión se conoce como desencadenante, que puede ir desde un insulto percibido a un golpe fuerte o estar en una multitud. 

Estimulación:Para alguien ajeno a la experiencia, el comportamiento autoestimulante puede ser molesto.Sin embargo, este método de autorregulación resulta ser la herramienta más práctica de que dispone un individuo neurodivergente. Adoptar comportamientos repetitivos como mecerse, tararear, dar golpecitos, utilizar un juguete o cualquier otra acción similar puede ser una forma de autocalmarse.Siempre que la estimulación no repercuta en el individuo desde una perspectiva social o física, no es un problema acuciante.

Durante años, los padres de un niño neurodivergente han estado interpretando todos estos destellos y estímulos. A su vez, planificaron junto a otros profesionales cómo ayudar a su hijo a navegar por la sociedad y convertir su hogar en un refugio seguro. Aprender a hacerlo ha llevado años de ensayo y error, que a menudo han implicado discusiones, tristeza y también alegrías. 

 Se cree que algunos de los mayores creadores presentan algún grado de neurodiversidad, como Miguel Ángel, Nikola Tesla, la actriz Emma Watson y la gimnasta olímpica Simone Biles.

Las personas neurodivergentes están saturadas de creatividad y tienen la capacidad de abordar un tema y presentarlo bajo una luz completamente única. Con su sobresaliente caracteristica innovadora, nos muestran cómo comunicarnos de formas únicas y bellas. 

Pueden poseer habilidades multitarea excepcionales o tener una extraordinaria capacidad de hiperconcentración.

El niño tiene tendencia a la impulsividad y es exigente con sus hábitos alimentarios. Suele compartir una ráfaga de pensamientos difíciles de seguir. Además, puede preferir sentarse en un rincón y observar los juegos en lugar de participar en ellos, lo que hace difícil discernir si se divierte o no. Por eso, para algunos puede ser más sencillo excluir a las familias neurodiversas de las actividades de grupo. Pero este NO es el camino

Y como señala nuestra colaboradora María Stroman, tampoco es correcto cuando las personas dicen alguna de las dos siguientes frases al juntarse con los cuidadores de un niño o niña neurodivergente: 

“Siento mucho que tu hijo tenga esto”. Ser neurodivergente no debe ser asumido como una tristeza para las familias, generalmente son defensoras de entender que sus hijos solo son distintos al resto, y por ese motivo, tienen una forma diferente de ver el mundo. 

¿Está seguro de que tu hijo es neurodivergente? Confía en el juicio de los padres, quiénes seguramente han consultado a médicos especialistas. Nadie que ame a sus hijos los diagnostica sin ver a un profesional. Lo que estás presenciando es puro enmascaramiento. El niño parece ser típico dentro de su entorno, ya que así es como ha aprendido a sobrevivir. Cuando los cuidadores vuelven a casa y todos dejan atrás las presiones sociales, están preparados para cualquier crisis inminente que pueda presentarse.