¿Cómo ayudar a un niño o niña con discalculia?

La neurodiversidad es el concepto que reconoce la existencia de discrepancias naturales en el funcionamiento cerebral de los individuos. Al reconocer la neurodiversidad, reconocemos y celebramos a los niños que son neurodiversos.

Aproximadamente uno de cada 5-6 niños presenta diferencias en el desarrollo de su cerebro.

En el caso de la discalculia, esta presenta una serie de características distintivas que clasifican a los individuos afectados como neurodivergentes. La discalculia es un trastorno del desarrollo que implica dificultades para conceptualizar y realizar operaciones matemáticas. A continuación, junto a nuestra colaboradora María Stroman se describen varias formas prácticas en que los padres pueden ayudar a un niño con discalculia. 

Aceptar la neurodiversidad beneficia tanto a los niños neurodiversos como a la sociedad en su conjunto. Existen numerosos medios para que las familias, las comunidades y las escuelas acojan la neurodiversidad.

Crea modelos visuales

Aunque es comparable al empleo de manipulativos, el modelado visual va más allá de la mera manipulación de objetos físicos básicos. Para amenizar los conceptos matemáticos, puede ser útil emplear ayudas visuales, como mover objetos grandes o crear diagramas ilustrativos. Objetos cotidianos como calcetines discontinuos o pares de zapatos pueden utilizarse para enseñar sumas y restas básicas.

Intente evitar las hojas de ejercicios 

Siempre que sea posible, los padres deben dedicar tiempo a jugar con sus hijos para reforzar sus habilidades matemáticas, en lugar de confiar en las hojas de ejercicios.

Los niños suelen encontrar los juegos más cautivadores que los adultos. Las matemáticas se presentan como retos divertidos que hay que abordar, en lugar de conceptos monótonos que hay que memorizar. Si se utilizan hojas de ejercicios, resaltar los números cruciales a lo largo de las instrucciones y los distintos problemas puede ser una necesidad.

Permite que tu hijo utilice varios lápices de colores al completar las hojas de ejercicios, ya que esto puede ayudarle a organizar eficazmente su trabajo.

Juega junto al niño con fichas de dominó

Jugar con piezas de dominó puede ayudar a los niños a captar ideas matemáticas directas con mayor sencillez. Los expertos recomiendan que los niños aprendan a reconocer los patrones numéricos de las fichas de dominó y los dados, en lugar de contar individualmente los puntos cada vez.

 Empieza utilizando fichas de dominó y dados para que tu hijo se familiarice y se sienta a gusto con estos objetos. Después, busca un juego que le atraiga y requiera el uso de estos objetos.

Fomenta el uso de elementos que puedan ayudar a realizar operaciones matemáticas.

Los juguetes que los niños pueden tocar y manipular les ayudarán a comprender los principios abstractos de las matemáticas.

Los bloques de Lego y los bloques sencillos pueden utilizarse en la enseñanza de la suma y la resta. También se recomienda emplear un contador durante las sesiones de aprendizaje para niños. 

En concreto, cubrir con las manos una cantidad específica de fichas puede ayudar a tu hijo a reconocer fácilmente distintos conjuntos de números.

Aprender el lenguaje de las matemáticas

Los padres deberían animar a sus hijos a hablar en voz alta mientras resuelven un problema o un nuevo concepto matemático. Los niños que tienen dificultades con las matemáticas pueden tener buenas habilidades lingüísticas que les ayuden a facilitar el proceso matemático. 

Es una buena idea que los niños aprendan varios sinónimos de diversos términos matemáticos. Por ejemplo, al discutir problemas de suma podrían utilizar términos como “más”, “aumentar” y “más que”. Explique los términos básicos a su hijo y permítale hablar de cada definición, describiendo lo que significa con sus propias palabras.

Realizar adaptaciones 

Las posibilidades son infinitas cuando se trata de ofrecer apoyo adicional para que tu hijo tenga éxito en matemáticas: podrías, por ejemplo, rodear con un círculo las palabras clave en las frases de matemáticas, o entregarle papel extra para que resuelva cualquier problema.

También debes consultar con el profesor de tu hijo sobre las modificaciones que pueden aplicarse en su escuela. Algunas de ellas son el tiempo extra para los exámenes y el acceso a un aula de recursos matemáticos, si existe. 

La escuela también puede adaptarse a un niño con discalculia permitiéndole utilizar una calculadora para resolver los problemas matemáticos diarios y durante los exámenes.

Enseña a comprender.

Dividir el aprendizaje de las matemáticas en secciones es útil, pero siempre es beneficioso tener a la vista el objetivo final.

Aprender información de memoria, como las tablas de multiplicar, puede parecer útil, pero limitarse a memorizar datos no siempre se traduce en una comprensión real de un concepto o procedimiento matemático.

Empieza por enseñar a tu hijo a razonar los problemas utilizando la lógica en lugar de basarse en la memorización. También es inteligente memorizar algunas estrategias esenciales, que pueden servir para multitud de propósitos.

Aunque puede que no todas estas estrategias funcionen para todos los niños, descubrir sólo unas pocas que sí lo hagan contribuirá en gran medida a ayudar al desarrollo de las habilidades matemáticas del niño.

Es importante que los padres reconozcan las dificultades de su hijo y elogien sus progresos con cada nueva habilidad que domine.