Síndrome de Tourette: ¿Qué son la coprolalia y la copropraxia
Uno de los síntomas más desconcertantes y socialmente estigmatizantes del síndrome de Tourette son los estallidos involuntarios de comentarios vulgares o socialmente inapropiados y despectivos, lo que en términos médicos se conoce como coprolalia.
Pueden incluir alusiones a genitales, desechos corporales y escenas sexuales. Aunque la coprolalia es el indicador más reconocible del síndrome de Tourette, es poco frecuente en la mayoría de quienes tienen esta afección.
Normalmente, se expresa como una palabra singular, pero puede incorporar frases u oraciones. No hay forma de predecir qué individuos desarrollarán coprolalia.
En cambio, la copropraxia se presenta como un síntoma de tic motor que se asocia a la realización de gestos inapropiados, incluidos los que se parecen físicamente al lenguaje vulgar o los que se hacen típicamente hacia los genitales.
Al igual que otros tics, la coprolalia y la copropraxia tienen una raíz física, lo que significa que existe una base neurobiológica para estos síntomas.
Afortunadamente, solo un pequeño segmento de individuos con síndrome de Tourette se encuentra con coprofenómenos (coprolalia y copropraxia).
Sin embargo, las personas con coprolalia que se esfuerzan por interactuar con la sociedad -ya sea en espacios públicos, entornos educativos, residencias o lugares de trabajo profesionales- pueden encontrar que las tareas diarias son excesivamente arduas.
¿Qué causa los coprofenómenos?
La explicación más frecuentemente adoptada sobre la raíz de la coprolalia parece implicar la misma premisa fundamental de un “cableado defectuoso” en el mecanismo inhibitorio del cerebro, que desencadena los movimientos involuntarios que se observan en los casos de Síndrome de Tourette.Parece que las personas con síndrome de Tourette experimentan algún tipo de alteración en la capacidad inherente que todos poseemos para suprimir los movimientos no deseados y los pensamientos inconscientes.
Del mismo modo que las personas con síndrome de Tourette deben satisfacer el impulso irrefrenable de tensar los músculos, también deben “liberar” los sonidos y las palabras que se acumulan y necesitan expresarse antes de experimentar un alivio temporal.
La presión para expresar los síntomas volverá a producirse, dependiendo de su gravedad, ya que el impulso irrefrenable e insoportable de tensarse, maldecir o gritar no puede reprimirse indefinidamente.
La expresión única de ese lenguaje puede estar relacionada con el mayor contenido emocional del individuo en determinadas partes del cerebro. Estos síntomas también se han observado en personas que han sufrido un ictus u otras lesiones cerebrales en las regiones frontales profundas del cerebro.
Todos los tics tienden a exacerbarse debido al estrés emocional elevado, la excitación placentera o incluso el agotamiento.
Los síntomas del síndrome de Tourette no están causados directamente por estados emocionales, aunque estos pueden exacerbarlos. Es importante destacar que los tics verbales que suelen asociarse a la coprolalia pueden ser angustiosos para el individuo afectado y no son indicativos de sus creencias personales, como los insultos racistas. La coprolalia, en muchos casos, escapa al control del individuo.
¿Cómo se manifiestan los coprofenómenos?
Aunque las palabrotas y la blasfemia pueden ser habituales en las conversaciones cotidianas de nuestra cultura, la coprolalia difiere de pronunciar simplemente malas palabras.
Normalmente, estos tics vocales no se pronuncian en contextos sociales o emocionales (es decir, no respetan un escenario que los habilite), y suelen repetirse compulsivamente o enunciarse en un registro más alto o con una cadencia o tono distintos del habla conversacional normal.
Puede resultar especialmente embarazoso para las personas con coprolalia cuando tienen arrebatos involuntarios en contextos sociales, como proferir insultos racistas o étnicos en presencia de las mismas personas que se sentirían más ofendidas por tales comentarios.
Sólo una pequeña proporción de individuos con coprolalia experimenta esta dificultad concreta. Es esencial darse cuenta de que estas palabras o frases complejas no reflejan necesariamente los pensamientos, creencias u opiniones de la persona afectada por la coprolalia.
Algunas frases pueden ser bastante enrevesadas, a menudo sin sentido, e incluso humorísticas.
Hay individuos con síndrome de Tourette que no vocalizan necesariamente palabras inadecuadas, sino que las repiten internamente en su propia mente.
Aunque no sea socialmente evidente, estos individuos encuentran angustiosa su coprolalia subvocalizada. Es habitual que las personas hablen su lengua materna, pero no es raro que alguien con este síndrome maldiga en una lengua que ha adquirido.
¿Cómo lo afronta la gente?
En algunos casos, abordar los propios tics puede conducir también a una mejora de los síntomas de los coprofenómenos. Tanto la terapia conductual como la medicación son opciones para estos tratamientos.
Además, algunos individuos con coprolalia han ideado formas creativas de ocultar o suprimir sus arrebatos cuando se encuentran en entornos sociales o profesionales.
Es posible articular únicamente las letras iniciales de una palabra de cuatro letras (por ejemplo, “ff” o “shhh”). Alternativamente, algunas personas pueden susurrar términos inaceptables en voz baja, mientras que otras tienden a taparse la boca cuando transmiten un lenguaje obsceno. Estas técnicas de enmascaramiento sirven para aliviar el impulso incontrolable de liberar síntomas involuntarios, a la vez que suprimen los arrebatos inaceptables y perturbadores.