¿Cómo abordar crisis de ansiedad en personas neurodivergentes?

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Las crisis en personas neurodivergentes pueden significar todo un desafío para ellos mismos y para quienes los acompañan en su vida cotidiana. A continuación, repasamos algunos consejos útiles para prevenir estas situaciones de crisis, y saber qué hacer cuando los colapsos ocurren.

¿Qué es un meltdown o “colapso”?

Cuando hablamos de meltdown o “colapso” en individuos neurodivergentes, nos referimos a situaciones en las que ellos se sienten completamente abrumados, pierden el control de su comportamiento y les resulta muy difícil calmarse. Las crisis son un signo de angustia y pueden incluir comportamientos como balancearse, llorar, pegar o retraerse. Estas situaciones, también pueden dificultar la participación de las personas neurodivergentes en las actividades cotidianas. Muchas personas muestran signos de angustia antes de sufrir una crisis. Algunas comienzan a dar vueltas, otras hacen preguntas repetitivas, se balancean de un lado a otro, o bien pueden quedarse muy quietas. 

¿Cómo prevenir una crisis de ansiedad en personas neurodivergentes?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que existen señales para darse cuenta de que la persona se encuentra en una situación difícil o que se está agitando o agobiando. María Stroman, de la organización “Creando Luz”, nos brinda algunas ideas y estrategias que pueden ayudarnos a prevenir estos estados de ansiedad extrema:

  1. Registrar por escrito las situaciones difíciles

En esta primera instancia se busca que el individuo neurodivergente aprenda a identificar qué situaciones lo llevan a sentirse abrumado y a entrar en crisis. Una buena actividad en conjunto es hacer o dibujar una lista de situaciones difíciles. Ejemplos de ellas serían cosas como: cambios en el itinerario para ir al colegio, ruidos fuertes y repentinos, como los anuncios en el tren, o ruido y empujones en los vestuarios. A su vez, las crisis también pueden desencadenarse por la acumulación de muchos acontecimientos pequeños pero angustiosos. Stroman sostiene que llevar un diario para anotar lo que ocurre antes de las crisis nos puede ayudar a encontrar patrones y prevenir los colapsos: “Por ejemplo, usted y el niño pueden practicar el reconocimiento de emociones como la ansiedad. También puede ayudar a su hijo a describir cómo se siente su cuerpo antes de una crisis, por ejemplo, latidos del corazón acelerados, estómago revuelto o dificultad para respirar”.

  Si usted nota alguna señal de que hay una crisis en puerta, puede implementar pequeños, pero significativos cambios en el entorno para que la persona se sienta más cómoda. Un ejemplo de estos cambios puede ser: cerrar una puerta, bajar la intensidad de la luz o la música, trasladarlo a un lugar más tranquilo, etc. Intente no hablar demasiado y utilice imágenes o palabras escritas para guiar a la persona hacia un lugar seguro y tranquilo. Se recomienda darle espacio y no tocarlo, manteniendo la calma. Si puede, practique ejercicios de respiración con él.

  1. Desarrollar estrategias de afrontamiento

En este punto, se trata de desarrollar prácticas que le ayuden a sentirse cómodo y tranquilo en situaciones difíciles. Estas prácticas pueden incluir: ejercicios de respiración, técnicas de relajación muscular, tomarse un descanso, escuchar música, salir de clase unos minutos antes para evitar los pasillos ruidosos y abarrotados, ayudas sensoriales como el uso de auriculares para hacer frente a los ruidos desencadenantes o el empleo de fragancias favoritas para hacer frente a los olores que puedan resultar desencadenantes.

  Sobre estas estrategias de afrontamiento, María Stroman, de “Creando Luz” nos decía: “Anime a su hijo a practicar sus estrategias de afrontamiento cuando se sienta tranquilo. Así le resultará más fácil recordarlas y utilizarlas cuando se sienta estresado o abrumado. Por ejemplo, puede incluir ejercicios diarios de respiración en su rutina o practicar el uso de auriculares cuando haya mucho ruido en casa. También puede hablar con los profesores para que su hijo salga de clase 5 minutos antes de lo previsto y así evitar situaciones que puedan resultar difíciles o complejas para él”.

¿Qué hacer cuando una persona neurodivergente tiene una crisis de ansiedad?

  Ya repasamos algunas técnicas preventivas que pueden ayudarnos a evitar un “meltdown” o colapso, sin embargo existen ocasiones en que no se puede evitar una crisis y ésta ocurre. Durante un colapso, las siguientes sugerencias pueden ayudarte a enfrentar la situación:

  1.  No dejarse arrastrar por la crisis

En primer lugar, evite caer usted también en la crisis. Por supuesto, no es tarea fácil, pero intente mantener la calma y hablar en un tono amable y uniforme. Evite levantar la voz o hacer movimientos corporales rápidos y bruscos, que podrían agravar aún más la situación. 

  1.  Utilizar un lenguaje sencillo

Si la persona que está acompañando se encuentra en modo de sobrecarga sensorial, mucha información lo empujará más profundamente a la crisis. Sea sencillo. Hable con frases cortas y sencillas. Mejor aún, diga lo menos posible. Utilice una voz neutra, sin tensión vocal ni juicios. Haga hincapié en la importancia de ir a su lugar seguro. De nuevo, puede que al principio se oponga a esta nueva rutina debido a la incertidumbre sobre las consecuencias, lo que puede provocar un aumento de su ansiedad. Prevea esto y continúe utilizando un lenguaje suave y sencillo para guiarlo a su lugar seguro.

  1.  Promover una auto-gestión emocional

Bajo circunstancias de colapso o crisis, la única solución está dentro de ellos mismos. No les digas que todo irá bien ni resuelvas sus emociones por ellos. En su lugar, insista con calma en que la persona entre en su lugar seguro y, una vez allí, simplemente pídale que permanezca allí hasta que esté preparado. No le toque a menos que intente huir de su lugar seguro. Siéntese cerca de ellos, pero no dentro de los límites inmediatos de su espacio personal. Como usted es el adulto responsable que está a cargo, es posible que durante este tiempo sienta un impulso casi irresistible de utilizar la lógica o la razón para ayudar a la persona a calmarse. Resista esta tentación. Deje que su hijo decida por sí mismo cuándo está preparado. Déle tiempo suficiente para que lo haga. Puede que sea inmediatamente o que tarde un poco.

  Esperamos que estos consejos puedan ayudarte a la hora de gestionar situaciones de crisis o colapsos en personas neurodivergentes. Recuerde que aprender a identificar las señales previas a un colapso, puede ser una herramienta muy útil para prevenir futuras crisis, y que si ésta no se pudo evitar, la mejor actitud posible es mantener la calma y esperar.